A vista de pájaro

Tuve la suerte de conocer a la persona y su trabajo casi al mismo tiempo, y así pude entender mejor su pintura, ya que de ella se desprende la misma alegría y positivismo que irradia Ribes Coll. Su trabajo es intachable en cuanto a técnica y conocimiento, pero no valdría nada si cada cuadro no llevara impregnado un trocito de su alma, de su fantasía,
de su ilusión y entusiasmo. El mismo entusiasmo que demostró cuando empezó esta serie de ‘A vista de pájaro’, de la que tuve el honor de ser una de las primeras personas en ver los trabajos iniciales. Vuelve a mostrarnos paisajes y naturaleza, los ambientes mediterráneos, los lugares que han marcado de alguna manera su vida y su trayectoria, pero
esta vez desde un punto de vista muy distinto y arriesgado, dando una respuesta efectiva a una pregunta que se hacía desde hace tiempo… ¿cómo se verá esto desde el cielo?

Veremos cuadros que parecen ventanas aéreas, desde distintas inclinaciones y perspectivas, llenos de luz y matices cromáticos, con millones de pinceladas imperfectas que unidas crean objetos perfectos. Una pintura hecha con la técnica del maestro, la paciencia del orfebre y la ilusión del principiante.

Amparo Barral
ARDE Magazine