En RIBES COLL hay una inquietud, preocupación por un geometrismo que deriva hacia la síntesis y un figurativismo constreñido por una peculiar forma de hacer un mundo de seres que tienen evidentemente, la comprensión del pintor. El color simple y sucinto protagoniza en buena parte «El torero» harto melancólico que parece hablar o soñar con pasados triunfos…
E. L. Chavarri «Las Provincias» 1965